1 de agosto de 2008

Santa Cruz

Buenas paisanos. El otro día estuve dando un voltio por Santa Cruz, la tierra originaria de los surferos y de los vampiros surferos también. Si algún cinéfilo ha visto la película "Jóvenes ocultos" descubrirá que el parque de atracciones con salida a la playa es el mismo que en el que transcurre la trama.

Divertido es la palabra. Puedes darte una vuelta por la feria, montarte en una montaña rusa de las auténticas, de las que tienen la estructura de madera, comer de kiosko e ir a pegarte un chapuzón si moverte demasiado del sitio. Como les gusta a las gentes de aquí.

El día me acompañó y el sol californiano dejó sentirse durante toda la visita. Estuve paseando por el parque de atracciones, sentado en una roca que está entre las dos playas y desde la que puedes disfrutar de las vistas mientras escuchas las olas rompiendo varios metros por debajo, conociendo las calles cercanas al puerto donde se pueden descubrir auténticas reliquias deportivas con cuatro ruedas (y algunas no tan deportivas pero igual de vistosas) y rodeando el faro en el que había inscritas unas curiosas palabras curiosamente en un color que combinaba con su pintura.

Después quise remojarme los piés en la playa, como despedida del océano pacífico y lo hice. Pero las vastas extensiones de agua son muy traicioneras y consiguieron que me remojara hasta por encima de las rodillas, casi llegando a lo que aquí llaman 'balls'. Es que las olas rompen de una manera muy extraña, hay zonas donde entran mucho a tierra y otras donde ni llegan, así que una ola doble de las que no se lleva para dentro la resaca me pillo desprevenido y consiguió que estuviera húmedo y lleno de tierra dentro de los pantalones el resto de la tarde. Y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, yo puse mi granito de arena y volví a sucumbir ante otra de estas 'twin waves'. Es que es muy difícil calcular la distancia de seguridad en estas condiciones.

Antes de coger el autobús de vuelta me dí un pirulo por la 'Pacific Av.', la calle principal donde están las tiendas, los restaurantes y no hay olas sino 'homeless'. Y también tropezé con alguno de ellos. Uno me dijo 'Hey guy, I'm drinking wine right now', algo como "Eh tío, estoy bebiendo vino". Supongo que la borrachería tempranera se le había subido a la cabeza pero como me siento un poco lejos de todo lo que conozco me hice el loco y seguí mi camino. Pero ganas no me faltaron de decirle que no se preocupara, que a mi no me espantaba eso, y que además he bebido vino y me he encogorzado a horas más intempestivas que esas.

A puntito estuve de comprarme un monopatín en una tienda surfera, jajaja, hubiera hecho las delicias del Dani "Ruedines". Chiquito y de madera (el monopatín que Dani no es Pinoccio). Pero pensé que mejor parar con la vorágine consumista que me tengo que ir preparando para la deceleración del crecimiento económico en España.

Bueno compatriotas comienza mi cuenta atrás, mi particular 'final countdown'. 3...

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